La aljama: entidades y barrios donde se agrupaban antigualmente las comunidades judías

 

Como otras muchas poblaciones castellanas, Villadiego acogió una rica y próspera comunidad judía ubicada entre las puertas del Arco de la Cárcel y la calle de las Monjas, al parecer, en el lugar donde actualmente se encuentra el monasterio agustino de San Miguel de los Ángeles. La referencia más antigua a la judería sea la que nos transmite Amador de los Ríos cuando dice que el rey Fernando III, en su Carta de Encomienda de Villadiego, la acogió bajo su protección en 1223. Este cedió a la comunidad judía este espacio para que se pudiese construir en su terreno la sinagoga. A principios del s. XIII, por lo tanto, la comunidad judía debió estar ya bien establecida y muy posiblemente realizase actividades para la Corona. En el siglo siguiente su desarrollo fue notable, pues hacia mediados del s. XIV se registraban en esta villa una serie de oficios propios de los judíos entre los que se encontraban los de recaudador, pañero, prestamista, platero...
 
La comunidad judía de Villadiego estuvo ligada a la Corona de Castilla, A principios del S. XIV prestó su ayuda y apoyo financiero al rey Pedro I en su lucha por la sucesión al trono contra Enrique II. Las repercusiones de la guerra fueron nefastas para la aljama, pues hacia 1368 fue atacada por las tropas inglesas del Príncipe de Gales -el Príncipe Negro- leales a la causa de Pedro I. Estas tropas habían colaborado en el sitio de Barbastro y al no recibir el pago convenido, expoliaron la aljama, cobrándose así su botín de guerra. En cierta manera, este acontecimiento fue el preludio de lo que sucedería más tarde a las juderías castellanas, que fueron arrasadas por Enrique II en represalia por los servicios prestados a su opositor.
 
La comunidad judía permaneció en la villa y es fácil suponer que con el tiempo volviera a recobrar parte de su antiguo auge, pues en 1415 el Concejo aprobó las ordenanzas para los judíos. Estas ordenanzas se hicieron en la desaparecida iglesia de San Juan de Mediavilla, situada en la pequeña plazoleta que se encuentra entre el inicio de la calle del Estudio y la Plaza Mayor. Poco tiempo después, las juderías castellanas, entre ellas la de Villadiego, se vieron favorecidas por la concesión de derecho de asilo otorgada por el rey Enrique IV. A esta protección y acogimiento se ha asociado el famoso dicho tomar las de Villadiego.
 
La desaparición de la judería, como barrio propio y diferenciado, no supuso un abandono de la villa por parte de sus moradores, sino que por el contrario éstos permanecieron en ella y establecieron sus casas por las cercanas calles de Vega, Plaza Mayor y Estudio. Calles donde estaban ubicados los establecimientos comerciales y que casualmente coincidían con el camino principal del pueblo, entre las puertas del Arco de la Cárcel y de la Fuente.
 
El fuero de acogida y el derecho de asilo se mantuvo en la jurisdicción de Villadiego durante toda la edad Moderna, de tal manera que muchas familias judías permanecieron viviendo en la localidad o en su entorno. Un testimonio real del derecho de asilo dado por el rey Enrique IV lo podemos ver aún en la cartela  colocada sobre la puerta norte de la iglesia de San Lorenzo donde se dice: “YGLESIA D ASILO”.